ALEMANIA – La venganza de Hamburgo
Poderoso y simpático. Como en lo oculto, Hamburgo ha sido durante mucho tiempo la ciudad más exitosa de Europa. Ahora hierve, más que nunca en la vieja ciudad hanseática. Pero la suciedad y ese un poco más salvaje cosquilleo todavía queda .
Pocas ciudades sorprenden hoy día tan humanamente, toman tan descaradamente fuerte los cambios como Hamburgo. Algunos pueden pensar que la ciudad sólo es como Gotemburgo o Estocolmo aumque mayor. Que el ayuntamiento y las iglesias son un poco más grandes, las tiendas más lujosas, la gente un poco más burguesa.
Claro, aquel con graves complejos – que Suecia es en realidad sólo una extensión de Schleswig-Holstein – tal vez se sienta mejor si vuela de paso a nuestra querida y cercana Hamburgo, y en su lugar animarse abajo a los países del ‘cinturón de olivos’ (Grecia, España, Italia).
Yo mismo estoy sentado aquí ahora en un pequeño restaurante del puerto y como caballa fresca frita con puré de coliflor y crema de eneldo – y salsa de cebolla. En uno de todos los restaurantes de pescado rústicos disfruto de una auténtica “bouillabaisse del Mar del Norte“, bingo por mis papilas gustativas. Los peces no revuelven en el estómago como lo hicieron la primera vez en Argel y Marsella.
Nostálgicamente me meto al viejo centanario Schellfischposten a por un sándwich de arenque, o al honestamente desordenado Haifischbar para mi primer currywurst obligatorio. Que el ‘labskaus’ del servicio militar y comedores de escuelas es el más genuino plato de marinero propio de Hamburgo se convierte en una sorpresa.
Y Labskaus se sirve aquí a menudo con una especie de delicadeza casera al estilo Tore Wretman. (famoso cocinero sueco).
Un nuevo tanto poderoso como simpático Hamburgo surge, en muchos aspectos, nuestro propio y dinámico hermano mayor. Porque Hamburgo es al igual que antes de nuevo la ciudad hanseática número uno, y dirige en muchos aspectos también en nuestro txoko (Gotemburgo). Hamburgo siempre ha estado aquí en el Elba – a diez millas (100 km) del Mar del Norte, diez millas del Mar Báltico – como el gran punto de nudo.
Los 80 millones de habitantes de la nueva Alemania unida exportan ‘igual de mucho’ que dos millardos de chinos – casi todo deberá salir y entrar de Hamburgo.
Es el puerto que es el gran espectáculo, fuente de ingresos, provocativo – y una de los mayores atracciones del norte de Europa. Pocas ciudades respiran tan seductoramente río, puerto y mar.
Como en lo oculto ha sido Hamburgo durante mucho tiempo la ciudad más exitosa de Europa.
No se es sólo la ciudad más rica de Alemania, también se tienen más millonarios per cápita que en cualquier otra ciudad dentro de la UE. La ciudad es la mitad del tamaño de Berlín – 1,7 millones de habitantes contra 3,4 millones –, pero pega como segunda ciudad a la capital en los dedos con la mayoría de las cosas en forma de bienestar, renombrados restaurantes de primera categoría, cocineros estrellas, shopping extremo, empleos bien remunerados y calidad de vida.
Con su autonomía, su comercio, su propia “política exterior”, Hamburgo ha construido una posición única. Hitler se dice que detestaba la ciudad puertuaria debido a su estilo liberal, inclinación de libertad cosmopolita y red de contactos algo incontrolable.
Durante mucho tiempo se ha tenido el mayor número de delegaciones extranjeras en el mundo fuera de Manhattan – la mayoría ubicadas en pomposas villas de estilo jugend en el distrito de clase alta Pöseldorf. Los vínculos internacionales son a menudo sorprendentes.
Como que aquí hay más empresas chinas que en cualquier otra ciudad europea, Shangai es ciudad gemela. Grandes grupos comerciales son también los persas, los iraníes.
Aún a día de hoy, casi cada alfombra, independientemente a qué parte del mundo vaya a ser enviada, aquí adentro se mueve en agencias persas de los almacenes – que conocen el nombre del propietario y el volumen de ventas de cada tienda de alfombras en el mundo.
Pero esta ciudad discreta y muchas veces subestimada, que durante mucho tiempo ha vivido bajo el lema “trabajar pero no ser visto”, se ha decidido ahora por el mayor lanzamiento en Europa en tiempos modernos.
Cuando otras ciudades portuarias pierden su transporte marítimo, los puertos se encogen, barcos y marineros son deportados al más allá de la humanidad, pues entonces el puerto de Hamburgo sólo ha florecido aún más y ha estado a la altura.
Aquí se deslizan grandes buques portacontenedores directo al corazón de la ciudad. Hace tan sólo 60 años eran Liverpool y Hamburgo dos flortecientes ciudades comerciales y de tranporte marítimo de igual tamaño.
Hoy es Hamburgo más del doble de grande, Liverpool lleva una vida languideciente. Incluso los propios Beatles de Liverpool se asocian hoy más con Hamburgo.
Pero Hamburgo es mucho más que la ciudad portuaria y centro comercial. Es la ciudad de los medios de comunicación número uno. Aquí se encuentran las grandes revistas como la reconocida Der Spiegel, la espectacular Der Stern, la socialdemócrata Die Zeit, el diario alemán financiero Financial Times, la mayoría de las principales estaciones de televisión, todos los editores de libros principales.
Aquí hay también cerca de un millar de empresas en la industria de la música. Es también Hamburgo que tiene muchas de las agencias de publicidad globales, la mayoría de agencias de internet y empresas de IT.
Aquí están la mayoría de los arquitectos líderes. Como si esto fuera poco, Hamburgo es también dominante en la industria aeronáutica. Es aquí donde los aviones de prestigio de Europa y Airbus ruedan fuera acabados de la fábrica.
Y es aquí donde Lufthansa tiene el servicio más exitoso del mundo en empresas de servicios y tecnología, que se encargan de aviones de más de 200 aerolíneas de todo el mundo.
La bourgeoisie de Hamburgo difiere notablemente de la del resto de Alemania. Sobre todo porque la ciudad es tan “no alemana”, más bien anglófila. Se dice en plan de cachondeo que “cuando llueve en Londres se abren los paraguas en Hamburgo”. Y cuando se pasea a través de los preciosamente ajardinadados parques ingleses se encuentra uno con deportes de remo, polo se discute.
Hay algo formado y burgués que impregna la ciudad. Si Berlín lucha histéricamente por mantener posiciones con la ‘avantgarde’ de Nueva York, parece al mismo tiempo que Hamburgo tiene una armonía que recuerda más a Boston o San Francisco. Incluso hoy día pueden las mujeres en Hamburgo dar la vuelta al abrigo de visón de dentro a fuera, y tenerlo como una gabardina hacia fuera.
Como siempre caen clichés, o son las verdades? Mi traidora residente de la ciudad, nativa hanseática, saca las comparaciones habituales; cómo Berlín es como una “puta intelectual”, todos los demás de Köln-Düsseldorf son como ambiciosos secretarios, Munich será siempre…,etc. Mientras que Hamburgo recuerda a una discreta alumna superinteligente en una escuela de negocios.
¿Y dónde se encuentran barrios más ancantadores, pomposos y boscosos que aquí? Cuando se camina en el parque a lo largo del lago Alster entre robles y arces, cisnes y patos, todos los que hacen ‘jogging’ o tienen ‘picnic’, se piensa que es un paisaje de cuento, casi como diseñado por Disney. Un buen símbolo de la zona sigue siendo Jil Sander, la reina de la moda de la propia ciudad y marca exclusiva.
Su estilo sencillo y limpio de Hamburgo estaba hecho para las carreras, viajes de avión y la representación – lejos de la de París de ese momento, moda femenina más tonta, tipo amante provocativa. Que el perfume de Jils se bautizara con el nombre de Pure simboliza el estilo de ideal de Hamburgo. Y después del divorcio de Prada crea de nuevo al mejor espíritu de Hamburgo su nuevo + J de la misma villa en Pöseldorf.
En ninguna parte son las casas de estilo art nouveau tan hermosas, los pisos tan grandes y tan sofisticados como en los distritos de Harvestehude, Eppendorf y Uhlenhorst. Si se camina a lo largo de hermosas calles como Hachalle e Isestrasse brillan las carreras, el conocimiento y el pragmatismo a través de las ventanas. Barrio tras barrio parecen estar llenos de apartamentos de 6-7-8-habitaciones. Por todas partes se serpentean los canales con dignidad. Muchos tienen barcos un poco más sencillos sin prestigio que los amarran en una casa de botes. Que Hamburgo tenga más de 2 200 puentes contra los 600 de Amsterdam y los 450 de Venecia, hace que por supuesto se considere ser la “Venecia del Norte”.
En Neumühlen trepan las agencias de publicidad, agencias de web y oficinas de arquitectura en nuevos edificios vanguardistas a lo largo del cauce del río mezclado con un puñado de los mejores restaurantes de la ciudad. Más adelante en Övelgönne se sienta uno hoy y saluda a los barcos desde las barandillas de las viejas villas de los capitanes navales. El clásico boulevard Elbchaussee lleva a lo largo de las playas en Othmarschen hacia el hermoso y el más rico suburbio del norte de Europa, Blankenese.
Las villas en la parte “húmeda” de la carretera, con vistas a la entrada del puerto, son por supuesto el doble de caras. La imaginación da vueltas cuando se ven las limusinas – que detrás de las lunas tintadas está sentado un Clinton, un Kissinger, un Agnelli, un Gyllenhammar o un Wallenberg en camino a un importante acuerdo “europeo”.
Directamente detrás de Hauptbahnhof, la vida es más abiertamente insoportable. En un laberinto de hoteles de clase turista, sobre todo en torno a Hansaplatz, se abren paso la heroína y la prostitución brutalmente. Aquí, en el distrito de St Georg cerró la policía ahora en agosto la mezquita Masjid Taiba, conocida como “la universidad” de los secuestradores del 9/11, ahora asociada con nuevos incidentes. Pero a pocas cuadras de distancia se convierte St. Georg en un Greenwich Village con vida ‘gay’, estudiantes, intelectuales.
Lange Reihe es la encantadora zona peatonal. En una pequeña calle lateral se encuentra el hotel literario Wedina, donde la recepción de inmediato informa que “aquí durmió Henning Mankell“. Yo me aparto al bar del legendario Hotel Atlantic, donde muchas escenas fascinantes de la novela ‘El hombre más buscado’/ “A Most Wanted Man” del novelista británico John le Carré se llevan a cabo. Una novela más leída en Hamburgo que en cualquier otro sitio, porque se trata del súbitamente descubierto rol de araña dentro del terrorismo global de la ciudad -que se ha convertido en un tema candente de debate.
Lo mejor de Hamburgo – para los que piensan que Estocolmo parece enérgicamente roto, limpiado y esterilizado – es, por supuesto que la suciedad aquí permanece, ese un poco salvaje cosquilleo, que se puede probar ya en Copenhague. Entonces, ¿qué es mejor que ir al exuberante St. Pauli, el barrio con la avenida Reeperbahn – sin lugar a dudas todavía una de ‘zonas rojas’ más descaradas del mundo donde el llamado “comercio horizontal” tiene su epicentro.
Cada vez menos escabroso por cada año que pasa, pero la calle de burdeles encapsulada con tablas Herbertstraße se chulea desde tiempos inmemoriales. […]
Digan lo que quieran, pero probablemente hay que admirar un barrio que se las arregla para combinar Pigalle, Broadway, Liseberg, Kreuzberg, East Village, Feskekörka, Christiania y cruzarlo con una dosis de salinidad del proletariado y auténtico romanticismo portuario – y atraer a 25 millones de visitantes al año.
Gracias a todo, desde Jacques Brel a Edith Piaf también un polvo de un marinero ha obtenido para siempre un tipo literario de “el día del corazón solitario” sobre sí. Pero esta urbana “la novela de mi vida” probablemente ha ofrecido más rock’n’roll que prostitución, todo desde el gran éxito de los Beatles en el Grosse Freiheit.
Es fácil olvidar que lo grande con St. Pauli es que aquí se llega a ser quien se quiera – también decente. Un clic con éxito puede sacar partido de estar sentado en el elegante Fischereihafen, poner el cuchillo en un lenguado, echar un vistazo a una Tina Turner o Helmut Kohl en la mesa de al lado. Al mismo tiempo que sonreír con indulgencia a los jóvenes anarquistas que cuelgan un poster con el dramático mensaje “Comed a los ricos” en una pared a cierta distancia de las ventanas del restaurante. […]
Hans Albers-Platz tiene la mayor concentración de pubs, bares y clubes de toda Alemania. […]
Porque Reeperbahn es también la Broadway de Alemania, la más grande del mundo después de Nueva York y Londres en musicales. Más de dos millones cada año vienen a ver algún “Mamma Mia de este año”. Cats se mantuvo 15 años con entradas agotadas. […]
Elbphilharmonie-Bau im Zeitrafferfilm
Al este y sur crecen viviendas para 12 000 personas y oficinas para 40 000 a lo largo de los antiguos muelles y embarcaderos. Una primera parte de la “nueva ciudad” ya ha sido inaugurada.
Cuando se ve la estrictamente cubista gran casa de la década de 1960 Kaispeicher A y bocetos para la construcción de una casa de conciertos de forma ondeada sobre el tejado, Elbphilharmonie, se entiende que el olor de objetos coloniales está ahora siendo sustituido por una lucha de cultura exhibicionista elegante.
Cuando “Elbie”, como se le llama comúnmente, se inaugure en 2012, y la obra maestra del dúo de arquitectos suizos Herzog & Meuron se inuagure, irá un murmullo a través de los miles de medios de comunicación. Hamburgo tomará chauvinísticamente su posición de liderazgo en Europa, olvidará su falsa timidez.
La parte inferior de color rojo marrón oscura parte de almacén se apagará entonces y desaprece en la oscuridad de la noche. Mientras que la transparente sala de conciertos de vidrio y delgada “piel” se ilumina en el tejado – estreno como “El nuevo castillo de Europa en el cielo”, donde como una punta de lanza cultural flota libremente sobre el Elba y el majestuoso puerto de Hamburgo.
Los pensamientos corren a la guerra, cuando estoy allí en mi barato hotel favorito Superbude y leo la nueva edición de Stig Dagerman “Otoño alemán”. Hamburgo tuvo una vez la mayor población judía en toda Alemania. El área alrededor de Grindelviertel con Bornplatz como centro era “Kleine Jerusalén.”
Después de la guerra eran 647 judíos los que quedaban en la ciudad. A finales de julio/agosto de 1943 durante diez días y noches atacó la británica RAF Hamburgo y la población civil. 45.000 personas fueron muertas, quemadas, asfixiadas por la tormenta de fuego y la asfixia (falta de exígeno) que se produjo.
Más de un millón de personas vagaron sin hogar y hambrientas en todas direcciones por el campo en busca de comida. Casi en silencio, pero con una voluntad indomable edificaron y volvieron a crear su ciudad a finales de los 40 – y principios de los 50. Se considera que crearon una cohesión única, de bajo perfil y generosidad.
Mi cerebro y mente, por supuesto, están ya en camino de regreso a mi querido Hamburgo. Entonces me colgaré más en los canales y los bares en la cálida y acogedora Winterhude, lejos de todo bullicio. Dar al maravilloso distrito Ottensen otra oportunidad porque aquí en las terrazas delaz aceras y los bares en las calles que irradian de Alma-Wartenberg-Platz abraza Hamburgo hasta a sus opositores. Tomaré esa emocionante excursión al puerto exterior, ver cuando los barcos piloto casi lindamente besan a los grandes barcos deandoles la bienvenida, empujándolos hacia sus caras plazas de muelle. Después me sentaré en una mesa junto a una ventana en alguno de los muchos restaurantes que cualgan a lo largo del río, obtener la alegría infantil de ver a barcos de 45 metros de ancho y 350 metros de largo mágicamente deslizarse recipient con miles de contenedores.
En Hamburgo voy hasta a partidos de fútbol. ¿Hay algún equipo más simpático que el equipo de FC St. Pauli? – anti-racista, anti-fascista, anti-sexista. Durante mucho tiempo en las ligas más bajas tomó su líder abiertamente gay, el director musical Corny Littman de Reeperbahn, el club de regreso a la Bundesliga.
A menudo vestido de mujer enfrentaba él el júbilo de las masas. Cuando el equipo entra en el campo de juego se toca AC/DC “Hells Bells”, cuando marcan gol cantan todos la canción de la banda punk noruega Turbonegros “I got erection”.
Durante todos los años que no ha ido tan bien las gradas han cantado unísonamente, siempre envueltas en humo de marihuana, “You’ll never walk alone”. Su bandera pirata con calavera compite con las banderas de Che Guevara. El club se dice que tiene el mayor número de fans-mujeres en Europa.
Sí, se puede amar a sus ciudades por muchas razones. Y claro que se quiere de vez en cuando como se dice “recargar las baterías”, en una más nerviosa Barcelona o Nueva York. Pero mi propia mayor añoranza es probablemente de razones exactamente contrarias. El ser arrastrado poco a poco en la niebla, tomar un paseo en el puerto, sentarme en un ‘Kneipe’ un poco raro en una esquina, pedir un schnitzel y cerveza.
Y calmarse. [gp.se]
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- Reeperbahn – Wikipedia, la enciclopedia libre
- Sankt Pauli – Wikipedia, la enciclopedia libre