ESPAÑA – Somontano, la tierra del vino
Esta región oscense al abrigo de los Pirineos ha sido una de las primeras en fomentar el enoturismo abriendo sus bodegas al público, imaginando nuevas propuestas y diseñando una completa ruta por lo mejor de su patrimonio.
La facilidad de acceso (Somontano se encuentra en el centro de la provincia de Huesca, entre las sierras pirenaicas y las vastas llanuras lindantes con los Monegros) y las cortas distancias entre sus bodegas, pueblos y parajes hacen que una escapada de tres o cuatro días nos muestre lo mejor de esta comarca. Se lo mostramos en ocho pasos:
1. Paisajes
La Sierra de Guara y el Cañón del río Vero son al Somontano lo que la uva al vino. Uno no sería sin el otro. Y es que en esta comarca encontrará viñedos, sí, pero sobre todo descubrirá un paisaje hechizante esculpido en la roca a base de agua, historia y leyenda.
En el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara el viento y el caudal del río han modelado durante millones de años profundas gargantas, fisuras y oquedades que abrigan a una de las colonias de aves rapaces (quebrantahuesos, buitre leonado, alimoche y águila real) más importantes de Europa, así como importantes muestras de arte rupestre.
Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara
2. Pueblos
Tan sugerentes como sus paisajes son sus poblaciones. Barbastro, capital de la comarca, merece por sí sola una visita por su imponente catedral (preciosa y singular, de tipo salón, con las tres naves a igual altura) y su recién estrenado Museo Diocesano.
Agradable para un breve paseo es su bulevar arbolado y la Plaza del Mercado (especialmente los fines de semana). Tampoco desmerece la villa medieval de Alquézar.
Erigida sobre el cañón del río Vero, sus casas apretujadas a lo largo de calles sinuosas y en cuesta son el preludio perfecto a la Colegiata de Santa María la Mayor, antigua fortaleza y hoy monumento nacional. Remarcable los capiteles y frescos de su claustro así como el Cristo articulado en una capilla bellamente decorada con azulejos de Talavera.
Barbastro – Alquézar
3. Bodegas
Bajo la sombra protectora de los Pirineos surge la Denominación de Origen Somontano, cuyos vinos frescos y afrutados, con esa Gewürzstraminer con aromas a rosa y lichi tan de moda, acompañarán al visitante a lo largo del viaje.
La carretera de Barbastro a Naval concentra nombres emblemáticos del vino como Lalanne , Viñas del Vero, Blecua y Pirineos. Algo más retirada, en Salas Bajas, está Enate. Pero Somontano cuenta con un total de 34 bodegas, diseminadas por los pueblos de la comarca y con distintos grados de tradición y vanguardia, tanto en su forma como en su vino.
En una jornada descubrirá por qué la de Lalanne es, además de una pequeña joya familiar de origen francés, la bodega con más historia (1842) y prestigio de la comarca. Podrá admirar las impecables instalaciones de Blecua, en busca de la perfección desde su nacimiento. Quedarse epatado tras la visita a la ultramoderna Irius. O confirmar el maridaje entre vino y arte de Enate, una bodega-museo con obras de Antonio Saura, Eduardo Chillida, Antoni Tàpies o Eduardo Arroyo.
4. Enoturismo
Somontano celebra el vino y por ello las actividades relacionadas con el néctar de Baco no terminan en las bodegas. Fundamental, para profanos y neófitos, es el paso por el complejo de San Julián y Santa Lucía, que antaño albergaba el antiguo hospital y la iglesia renacentista de San Julián. Aquí descubrirá todas las posibilidades turísticas y enológicas que ofrece la región para diseñar su ruta a medida, puesto que tendrá a mano la Oficina de Turismo, el Centro de Interpretación del Somontano y el spacio del Vino de la D.O. Somontano (todo ello enmarcado en el club de las Rutas del Vino de España -ACEVIN-). Visita valiosísima, en definitiva, especialmente si realiza uno de los muchos cursos y talleres de cata disponibles (leer más en Cómo Llegar). En verano, además, el Consejo Regulador ha puesto en marcha un Bus del vino que conecta Zaragoza y Huesca con la comarca. El autobús realiza visitas a villas medievales, direcciones gastronómicas y, por supuesto, ¡bodegas!.
5. Gastronomía […]
6. Deportes al aire libre […]
7. Arte rupestre […]
8. Hospitalidad […]
[…] [Texto: Patricia Osuna Huesca/Somontano, la tierra del vino | espana | Ocholeguas | elmundo.es]